viernes, 28 de enero de 2011

Mecido por el viento

Hola a tod@s.

Después de algún que otro atardecer dedicado a observar las idas y venidas de una pareja de buhos reales, y después de algún que otro infructuoso y fallido intento, una veces se posaban ya de noche, otras en un sitio inesperado y otras sencillamente no sé lo que ocurrió :-), por fin tuve otra ocasión para disfrutar de esta maravillosa especie.
Ya había disfrutado fotografiándole hacía años, con diapositiva de aquel entonces y con un equipo muy modesto, pero desde aquellos días, todos los encuentros con el rey de la noche habían sido bastante fugaces. Incluso hace unas semanas pude hacerle un par de fotografías, en un lugar que a priori tenía muchas posibilidades, pero tan sólo al escuchar el sonido del disparador salió volando sin darme otra oportunidad.
En esta ocasión por fin pude disfrutar durante unos buenos minutos de su presencia, aunque con unas condiciones de luz muy difíciles ya, por lo que aparte de haber tenido la fortuna de conseguir alguna instantánea del encuentro, me quedo especialmente con la experiencia de sentir clavadas esas intensas miradas propias de esta especie.
En esta ocasión como ya he dicho, apareció tarde, un poco antes del crepúsculo, en la zona donde yo esperaba que apareciera, pero con una luz muy escasa ya como es natural, pero suficiente aún, lo malo es que apareció tapado por la vegetación y no llegaba a verle poco más que la cabeza.
Cuando por fin se dejó ver y se posó donde lo había hecho en otras ocasiones, ya si que escaseaba la luz de forma importante. Así que no tuve más remedio que subir el ISO hasta las nubes en alguna de las escasas imágenes que logré realizar. Y no es que me disguste el resultado de la cámara que utilizo a elevadas sensibilidades, se comporta realmente bien la D-300, pero el límite de calidad, para mi gusto, ronda los 640 ISO, y en alguno de los casos tuve que sobrepasarlos con creces para lograr salir de allí con alguna instantánea al menos.
Para rematar la faena se levantó el viento, aunque éste creo que me ayudó a amortiguar el ruido del disparador y a disimular los movimientos del objetivo, el buho giraba el cuello unas veces hacia derecha y otras al contrario, de manera que tenía que ir desplazándole en el encuadre moviendo por lo tanto el objetivo de un lado al otro desde donde me ocultaba, más de lo que me hubiera gustado, ya que ésta especie es en esos aspectos muy complicada, es dificil que se le escape un movimiento o un ruido a su alrededor y no recelar o percatarse de él, sus sentidos, especialmente su oído, están especialmente desarrolados para ser lo que es, un infalible depredador nocturno.
Os muetro unas imágenes de esa jornada con el buho real como protagonista.
Ésta primera imagen es de las primeras de ese día, o de ese atardecer para ser más exactos. Ni siquiera le vi hasta que escuché su canto, entonces con mucho cuidado le busqué con la cámara y le entontré medio cubierto por esa vegetación, en esos momentos, la luz, como se puede apreciar en los datos de la imagen, era escasa pero aún aprovechable.

D-300, nikkor 500mm f/4 VR. 1/25 a f/5.6, -0.7 ev. ISO 800. Recorte en vertical, respetando la altura original.

En las siguientes imágenes se le puede ver ya muy cerca de donde me encontraba oculto, aún estando en un "agujero" y bien cubierto de vegetación, los contados click de la cámara y el brillo posiblemente de la lente me delataron. Afortunadamente aguantó y creo que el viento ayudó bastante en ello.

D-300, nikkor 500mm f/4 VR, TC-14, 1/25 a f/5.6, -0.7 ev. ISO 800. Fotograma completo


D-300, nikkor 500mm f/4 VR, TC-14, 1/25 a f/5.6, -0.7 ev. ISO 800. Fotograma completo.

Aquí finalmente se posó donde deseaba y donde yo lo esperaba, pero ya las condiciones de luz, como ya he comentado antes, eran pésimas. Aún así, gracias al buen comportamiento de esa cámara con sensibilidades altas y después de un procesado eliminando el ruido mediante un pluggin en PS, algo se puedo conseguir.

D-300, nikkor 500mm f/4 VR, TC-14, 1/25 a f/5.6, -0.7 ev, ISO 1250. Nivelada levemente, aproximadamente corresponde al 90 % del original.

Y por último, os muestro la última del día. La última mirada del protagonista al sol poniéndose en el horizonte. Viendo que ya se hacía prácticamente de noche y que no iba a tener más oportunidades, decidí jugármela con un ISO más bajo, a ISO 640, un valor éste que considero el límite para lograr calidad, y según en qué circunstancias, todo según mis gustos personales por supuesto y posiblemente también según mis limitaciones para procesar las imágenes resultantes con este tipo de circunstancias. Por fortuna, incluso disparando a una velocidad sólo válida quizá para fotografiar paisajes, 1/10 de segundo, la cabeza, o más concretamente sus ojos, pico y parte del plumaje, se mantuvo sin trepidar, el resto de esas plumas y vegetación, "mecidos por el viento", quedó en movimiento. Instantes después marchó volando, iniciando así su jornada nocturna.

D-300. nikkor 500mm f/4, VR. TC-14, 1/10 a f/5.6, -0.7 ev., ISO 640. Fotograma completo.

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domingo, 23 de enero de 2011

Un encuentro con la malvasía

Hola a tod@s.

Ya hace unos cuantos años que disfruté por primera vez de una observación de Malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala), un precioso macho que destacaba por su peculiar pico azul entre el resto de anátidas entre las que se encontraba. Me hizo una ilusión enorme porque por aquel entonces, y aún a día de hoy, era una de las especies de nuestra fauna que se encontraban en peor situación y las citas sobre ella eran escasísimas y más aún en la zona donde vivo, donde a día de hoy se sigue viendo con cunentagotas algún ejemplar, procedente probablemente de alguna laguna manchega.
La situación actual de la especie sigue siendo preocupante y sigue estando en peligro de extinción. Sus cifras de población actuales no tienen nada que ver con aquella alarmante cifra de los años setenta cuando estuvo a punto de extinguirse quedándo tan sólo 22 ejemplares en la península ibérica, y no sólo aquí, también estuvo a punto de extinguirse en el resto de su distribución occidental, quedando por aquel entonces unos escasos 200 ejemplares en el norte de África. La cifra más elevada de la especie en España corresponde al año 2002, con 2.619 individuos censados en toda la península, una cifra que habla por sí sola sobre la delicada y preocupante situación de esta especie.
Una mañana de este pasado Otoño, cuando ya estaba casi recogiendo y a punto ya de marcharme dando ya por terminada aquella jornada fotográfica, una hembra de malvasía llegó volando hasta donde me encontraba; no terminaba de creérmelo cuando la observaba a través del visor de la cámara, pero su inconfundible pico no daba lugar a errores. Allí estaba ella, una preciosa hembra de malvasía, delante de mi objetivo, estirándose y acicalándose con total tranquilidad, y yo disfrutando de su presencia a escasos metros. Ese día supuso sin duda una de las mejores experiencias en el campo vividas durante los últimos meses.
Aquí están algunas de las imágenes de ese día, no fueron muchas, tan sólo unas cuantas fotografías y marché de la forma más discreta posible dejándola estar, tranquila y a su aire, que no es especie para andar jugando de forma imprudente con ella. Hubiera firmado un macho también, puestos a pedir, son especialmente vistosos, algún año de éstos quizá.




Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1/640 a f/6,3, -1 ev.ISO 320. Luz natural. Hide acuático. 70% del original.
Ésta imagen que muestro sobre estas líneas tiene un recorte importante, corresponde al 70 % del original aproximadamente, pero es una muestra de lo relajada y tranquila que se encontraba, además por lo peculiar de la pose creo que vale la pena meter la tijera y mostrar la conducta de forma más próxima.

En ésta otra imagen estuvo muy cerca de donde me encontraba, seguía relajada pero creo que en cierta medida le debía de inquietar ese extraño gran ojo de cristal que la observaba.


Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1/640 a f/6,3, -1 ev.ISO 320. Luz natural. Hide acuático. Fotograma completo.



Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1/640 a f/6,3, -1 ev.ISO 320. Luz natural. Hide acuático. 90% del original



Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1/640 a f/6,3, -1 ev. ISO 320. Luz natural. Hide acuático. 90 % del original

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Un saludo y espero que sean de vuestro agrado.

martes, 18 de enero de 2011

Perlas al viento

Hola a tod@s.
En esta nueva entrada muestro una serie de imágenes de somormujo lavanco (podiceps cristatus) en las que se les puede observar sacudiéndose viléntamente el agua de su plumaje, algo que suelen hacer después de sus habituales y frecuentes zambullidas bajo el agua en busca de alimento.
Esas gotas congeladas en el aire, en alguno de éstos casos, siempre me han recordado a unas "perlas" lanzadas al viento, como si de un imaginario collar se tratase, del que se desprendiesen con fuerza sus cuentas. En fin, imaginación que no falte...

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Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/1000 a f/6.3, -1 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. Encuadre original. Hide acuático.


Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/1000 a f/6.3, -1 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. Encuadre original. Hide acuático.


Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/1000 a f/6.3, -1 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. 90 % del fotograma original. Hide acuático.


En ésta imagen y dadas las escasas codiciones de luz mientras amanecía, se aprovechó para intentar plasmar ese movimiento utilizando una baja velocidad de obturación.
Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/50 a f/6.3, -1 ev. ISO 500. Enfoque manual. Luz natural. 85 % del fotograma original. Hide acuático.


Las siguientes imágenes no son primeros planos como las anteriores, pero dejan entrever algo del ambiente en el que se mueve esta especie, que son aguas abiertas y con cierta profundidad.


Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/640 a f/8, - 0.7 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. 80% del fotograma original. Hide acuático.


Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/1000 a f/6.3, -1 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. Encuadre original. Hide acuático.


Ésta imagen es un recorte en vertical de la anterior. En ambas me gusta el resultado, principalmente por esa luz cálida propia de las primeras horas del día, pero creo que hubiera ganado más buscando en el momento de la toma un encuadre en vertical, de ahí este reencuadre posterior.
Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/1000 a f/6.3, -1 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. Recortada en vertical. Hide acuático.


Por último un par de imágenes a contraluz y algún reencuadre en panorámico respetando el ancho del fotograma original. Los contraluces no ayudan como es natural a lograr buenas texturas en esos plumajes, pero por el contrario creo que potencian mucho más el efecto de las salpicaduras.

Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/1000 a f/6.3, - 0.7 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. Recorte en panorámico respetando el ancho original. Hide acuático.


Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/1000 a f/6.3, -1 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. 85% del fotograma original. Hide acuático.


Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/1000 a f/7.1, - 0.3 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. Recorte en panorámico respetando el ancho original. Hide acuático.


Nikon D-300, Sigma 500mm f/4,5. 1.4 x. 1/500 a f/6.3, - 0.7 EV. ISO 200. Enfoque manual. Luz natural. Recorte en panorámico respetando el ancho original. Hide acuático.


Saludos y espero que las imágenes sean de vuestro agrado.

Juanma Hernández